La tradición popular dice que éste es un plato dulce y seductor, que resulta difícil dejar de comer una vez se ha empezado, y que las mujeres que lo consumen habitualmente adquieren sus mismas características. Por eso la tradición más moralista dice que hay que ser prudente en su consumo... Aunque yo no tendría tanta precaución porque la verdad es que dulce, dulce, no es. Pero sí es una receta de un sabor intenso que tiene su complemento perfecto en el pan de pita.
Nosotros utilizamos tres berenjenas grandes y nos salió bastante cantidad. Se cortan las berenjenas a la mitad y se realizan cortes en la carne, como se puede ver en la imagen, sin llegar a cortar la piel de la misma.
Se colocan en una bandeja con la piel hacia abajo y se asan en el horno entre 30 y 40 minutos a 180º-200º, hasta que estén tiernas. Se retiran del horno y se dejan enfriar un poco. Se les quita la piel y se trituran con la ayuda de un tenedor.
En un mortero pondremos dos cucharadas de aceite de oliva, tres cucharadas de zumo de limón, dos cucharadas de tahina, dos dientes de ajo machacados y una piza de comino y sal.
Este precioso mortero es de madera de olivo y está hecho en Túnez |
La tahina o tahini es una pasta hecha a partir de semillas de sésamo tostadas y molidas. Para nosotros era una especia totalmente desconocida, pero es muy habitual su uso en la cocina árabe. Se puede encontrar en los grandes almacenes en la sección internacional o en las tiendas árabes de tu ciudad, como nosotros en este caso. Una vez abierta se conserva en la nevera.
Una vez hecha la mezcla en el mortero, se la añadiremos a las berenjenas trituradas. Si queremos que la crema sea más fina podemos pasar la batidora. Y a la hora de servir se echa un buen chorrito de aceite de oliva y se acompaña con pan de pita. ¡y ya está listo para degustar!
¿Ya sabéis dónde comprar la tahina para hacer esta receta?
¿Qué os parece este comienzo de menú marroquí?