lunes, 15 de abril de 2013

Tomates secos deshidratados o ¡tomates al sol que más calienta!

Encontramos el otro día en Mercadona, en la zona de frutas y verduras, paquetes de tomates secos. El paquete de 80 gr. costaba 1,60 €. Recordé haberlos tomado en Amsterdam como guarnición de un sandwich de jamón que me gustó mucho ¡así que los echamos a la cesta!.


En enfemenino.com nos cuentan que los tomates secos son una especialidad de las regiones italianas de Sicilia y Calabria. Estos tomates se pueden obtener de forma tradicional aprovechando el sol del sur de Italia. Los sabores del tomate se reúnen para dar un delicioso concentrado. Los tomates secos eran, ante todo, una producción rústica que permitía conservarlos durante el invierno, una vez que la temporada de cosecha había terminado.


¡Mirad que buena pinta tienen estos traidos de la Toscana!



Como los tomates secos que compramos eran deshidratados, no en conserva, había que hidratarlos. ¿Cómo hacerlo? En dos pasos.

Primero, sumergir los tomates en agua y vinagre -3 partes de agua y 1 de vinagre-. En vez de vinagre también podemos utilizar vino blanco o tinto. Los dejaremos durante dos horas si es agua fría, pero serán suficientes unos 15 minutos si el agua está tibia e incluso caliente -aunque sin que llegue a hervir-. Los tomates tienen que volverse tiernos pero no blanduzcos.


Segundo, escurrir bien los tomates en un colador y después secarlos con papel de cocina e incluso utilizar un secador de mano hasta que estén completamente secos, sobre todo si pensamos tardar en consumir los tomates. Después, aliñar los tomates con ajo cortado en láminitas, sal y especias y cubrirlos totalmente con aceite. Nosotros hemos utilizado como especias orégano, pimienta negra molida y unas agujas de romero.


Cerramos y guardamos en un lugar fresco y seco, lejos de la humedad y la luz (yo los guardé en la nevera). Una vez que los tomates se terminan, nos queda un delicioso aceite especiado para aderezar las comidas.




Si os animáis a hacerlos, el viernes os contaremos ¡qué dos deliciosas recetas podéis hacer con ellos!

¿Habéis probado alguna vez tomates secos?
¿Qué otras especias pondríais vosotros para aliñarlos?

Antes de despedirnos un último apunte sobre las dificultades para poner comentarios que me habéis hecho llegar varios de vosotros. No sé cómo solucionarlo, porque de hecho sí que se reciben -aunque pocos, pero que agradecemos un montón- comentarios. Sólo deciros que como alternativa, podéis mandarme un e-mail a salmorejodepapaya@gmail.com con lo que queráis contarnos. Estamos abiertos a preguntas, sugerencias, dudas, ocurrencias, etc.

¡¡Disculpad las molestias y muchas gracias por leernos!!

 

miércoles, 10 de abril de 2013

Pastel de acelgas con bechamel o una sugerencia para los poco amantes de las verduras

Hoy os traigo una receta del mercado a la mesa y de la mesa al blog en menos de 24 horas. Ayer fuímos al mercado y compramos unas acelgas de una calidad excepcional, con unas pencas tiernísimas. Como sabemos que las verduras no son santo de devoción de todo el mundo, quisimos presentarlas de una forma apetitosa y las gratinamos al horno, con bechamel y queso rallado, hmmmm.



Para empezar, lavamos y cortamos las acelgas -dos manojos-, aprovechando también la parte verde de las acelgas. Las cocemos durante 15 minutos en la olla express y las retiramos para que se vayan enfriando.

Ahora hay que hacer la bechamel. Ya sabemos que la bechamel es difícil de preparar, y sino ¡que se lo digan a Gossip's Fashion Week cuando tuvo que hacerla para su lasaña de pimientos!


Pero hay que intentarlo. En una sartén calentamos dos cucharadas de aceite de oliva y cuanto está caliente se añaden dos cucharadas de harina, removiendo hasta que esté mezclado bien. Añadimos al momento, de dos o tres veces, un cuarto de litro de leche ya templada y seguimos removiendo sin parar. Añadimos un poquito de pimienta, nuez moscada y sal, y continuamos removiendo hasta que espese.

Ahora pondremos papel de horno en el recipiente que vayamos a utilizar y sobre él extenderemos la masa de hojaldre. Mezclamos las acelgas y la bechamel y las echaremos por encima. Después rallamos queso curado para que se dore -en este caso hemos puesto también trocitos de queso parmesano- y metemos al horno durante 25 minutos a 180º.


Y listo. ¡¡Una receta sana, barata y deliciosa, en tan sólo 45 min!!



¿No creéis que con esta preparación os gustaría cualquier verdura?
¿Qué más ingredientes añadirías vosotros para "realzar" las acelgas?


No podemos despedirnos sin antes recordaros que Televisión Española estrenará hoy miércoles, MasterChef, un talent show de cocina en el que quince aspirantes lucharán entre fogones para demostrar que son los mejores chef amateur y conseguir su sueño: dedicarse profesionalmente a la cocina. Teníamos muchas ganas de que terminasen los castings y poder verlo ¡así que esperamos que cumpla las expectativas!






martes, 2 de abril de 2013

Fiesta del Congrio o Viernes Santo en Muxía

El pasado viernes comimos en la Fiesta del Congrio de Muxía que celebra ya su XVII edición. Era viernes santo, así que fue un día muy apropiado para celebrar la fiesta de este pescado tan típico de esta zona y cumplir con los preceptos. El entorno también lo era. Muxía es un pueblo gallego de pescadores, enclavado en la Costa da Morte de la provincia de A Coruña.



Se iba a celebrar en una carpa del paseo marítimo y como llovía, el lugar elegido fue una de las naves que utilizan los pescadores en el puerto de Muxía. Dentro del local había actuaciones folclóricas, durante la comida disfrutamos de la música de un grupo de gaiteros.


Se servía un plato degustación con cuatro variedades de preparación de congrio a 5€. Comimos salpicón de congrio, empanada de harina de trigo de congrio, empanada de harina de maiz de congrio y congrio a la plancha. Y tuvimos también nuestra ración de pan de mollete, típico pan gallego.

La empanada de maiz es la que está en primer plano, la masa queda menos compacta.  La otra empanada es la de trigo, es la que estamos más acostumbrados a comer
La empanada estaba espectacular y el salpicón también nos gustó mucho. La comida se acompañaba con una taza de vino Ribeiro. La tazas, de cerámica de Buño, se habían encargado para la ocasión y pudimos llevarlas de recuerdo.


Además de fresco, el congrio también puede cocinarse seco. En Muxía existen los únicos secaderos de congrio de Europa, pero ningún plato con congrio seco estaba incluido en la degustación. Porque a pesar de esta exclusividad, las recetas con congrio seco no son típicas de Muxía y de hecho no es posible degustarlo en la localidad. No se vende en las pescaderías ni se sirve en los restaurantes. Se exporta a Aragón y más concretamente al municipio de Calatayud, donde es una delicatessen gastronómica.

Los secaderos de congrio de Muxía se encuentran de camino al Santuario de la Virgen de la Barca. Visita obligada de la localidad, este templo se encuentra en un entorno privilegiado, protagonista de un paisaje de monumentales piedras junto al mar.


Las fotografías del puerto, del Santuario y del faro han sido descargadas de la página web del ayuntamiento de Muxía.


¿Habéis probado alguna vez el congrio?
¿Qué más formas de prepararlo conocéis?

martes, 26 de marzo de 2013

La última cena hace 2000 años y hoy

Estos días de Semana Santa seguramente veréis muchas veces representada La última cena pero, sabemos en su aspecto más literal, ¿en qué consistió la última cena?. ¿Qué comieron Jesus y los doce apóstoles? Responder a esa pregunta es el reto que ha aceptado HISTORIA, el canal de televisión, a propuesta de la agencia de publicidad D6. Y para resolverlo han recurrido a un periodista e investigador gastronómico, Miguel Ángel Almodóvar, y a un cocinero David Muñoz, chef del restaurante DiverXO.


La última cena como probablemente fue

Los platos que enumera Miguel Ángel Almodóvar la describen como una cena muy contemporánea, muy apegada a la historia del judaismo, y que se nutriría de productos locales.
 Primer plato

Ensalada de hierbas amargas,
Simboliza las penalidades del pueblo judío en la huída de Egipto

Segundo plato

Trucha u otro pescado de agua dulce -por ejemplo del vecino Lago Tiberiades- 
en salsa agridulce. La preparación puede ser frito, asado, a la plancha o al horno.

Tercer plato (opcional)

Codornices rellenas. 
Un plato muy popular durante el reinado de Herodes.

Cuarto plato

Cordero relleno y asado. 
Animal símbolo de la Pascua, 
la última cena pudo producirse precisamente en tiempo de la celebración de la Pascua judía.

Quinto plato o postre

Jaroset. 
El color y la textura de este dulce evoca los ladrillos de arcilla que elaboraban los israelitas cuando eran esclavos en el Antiguo Egipto

El pan

El pan sería ácimo, lo que los judíos llaman matzo.
 La levadura es símbolo de pecado.


La última cena como podría ser hoy

La cena que sirve David Sánchez resulta bastante más sofisticada, y responde a una interpretación vanguardista de esta cena histórica 2000 años después.

El chef se toma también licencias en la presentación de los platos, al utilizar símbolos anacrónicos como la corona de espinas, las crestas de gallo -alusión a la negación de Pedro antes de que el gallo cante tres veces-, los clavos o la cruz, que hacen referencia a momentos de la vida del homenajeado, pero que en el momento de la cena todavía no se habían producido. Pero todo ello enriquece la cena y la hace más espectacular. Al fin y al cabo, se trata de ¡La última cena!


 
Falso entrante

Anguila y angulas a la mantequilla negra. Naranja sanguina y palo cortado. Dumplig de sus pieles.


La ánguila figura en el famoso fresco de Leonardo da Vinci, pero -como hace constar M.A. Almodóvar- es un plato típico de la Cuaresma renacentista y no se comía en tiempos de JC.

 Entrante 1

Erizos con kétchup de tamarillo y tabasco y corona de alga nori -cortada en juliana-
y caviar de montaña.


Entrante 2

Ensalada de flores y hierbas anisadas, amargas y agridulces. 
Zanahorias y leche de cabra. Trucha y crestas de gallo.


Principal

Cordero al carbón. Kimchie de fresitas salvajes y coco. Lenguas de pato -había abundancia de estas aves en Galilea cuando emigraban desde Egipto-.


Postre

Pan y vino con nueces y miel.
Chiles ahumados.



Se aceptan peticiones de los lectores sobre alguna de estas últimas recetas en particular.


Y como no se ha hecho ningún comentario a la bebida, la pregunta de este post es obligada.

¿Con qué vino maridaríais esta cena?

viernes, 22 de marzo de 2013

Calabacines rellenos con salmón u otra receta de salmón


Hoy os contaremos otra receta que podéis hacer con salmón como os adelantábamos en el post del salmón al papillote: calabacines rellenos con salmón. Esta vez el salmón nos lo han preparado en la pescadería en dos filetes sin espinas, también podéis pedir ya que os lo corten en lomos.

Lavamos los calabacines y los cortamos a la mitad. Los metemos un par de minutos en el microondas para que se cuezan algo antes de vaciarlos. Picamos la carne del calabacín, pimiento rojo y cebolla.

Todas estas verduras se rehogan con un poco de aceite y sal en una sartén. Añadimos una lata de champiñones laminados y una lata pequeña de atún en conserva -será suficiente porque lo fundamental es el sabor del salmón-. Echamos también un puñadito de almendras algo machacadas.

Cuando las verduras y los champiñones estén ya blanditos retiramos del fuego. Con todo esto vamos rellenando las mitades de calabacín.


Ahora cortaremos los lomos de salmón, aliñados con sal y eneldo, en pequeñas lonchas no muy finas -un corte parecido a como se presenta el salmon ahumado-. Las vamos poniendo sobre los calabacines y todo montado lo metemos al horno que hemos precalentado a 180º.


Y a esa temperatura los tendremos en el horno durante unos 30-35 minutos. Pasado ese tiempo los calabacines están cocinados y listos para comer.


Como véis es un plato muy completo ¡que espero que os guste!

¿Os ha parecido fácil?
¿Con qué rellenaríais vosotros los calabacines?


martes, 12 de marzo de 2013

Cata de vinos Remelluri o el descubrimiento de Telmo Rodríguez

Hoy os vamos a hablar de la cata de vinos en la que estuvimos el jueves 28 de febrero.
Era una cata de vinos Remelluri, bodega de la Rioja Alavesa, presentada por Telmo Rodríguez en la tienda de vinos TomeVinos (C/General Rodrigo, 2, Madrid).

Desconocíamos la bodega, aunque Remelluri, como el propio Telmo comentó, ya era "el vino de los listos en los años 80", el vino de la casa del restaurante Zalacaín de Madrid, y sus vinos nos encantaron.

Pero el mayor descubrimiento fue la persona que nos guió en la cata. Para quien conozca el mundo del vino, oír algo así sería equivalente a enterarse de la nominación de José Mota a ¡actor revelación! en los Goya del 2012. Porque Telmo Rodríguez es una persona dedicada al vino desde hace más de 20 años, ¡y de qué manera!.

La cata duró más de dos horas y probamos cuatro vinos, pero a nosotros particularmente nos fascinó la preocupación que nos transmitió Telmo Rodríguez por el vino, más allá de su posible rendimiento económico. Su interés por el consumidor. Y sobre todo su cuidado hacia los trabajadores, desde una perspectiva en cierto modo egoista: "Si pagas bien a los viticultores te podrán ofrecer un mejor producto y cuanto mejor sea la uva mejor será mi vino", como él mismo explicaba, pero también desde el agradecimiento a unas personas que con su trabajo colaboran con tu propio éxito.

Nos habló de la historia de la bodega Remelluri. La historia de unas personas "muy originales", sus padres, que decidieron a finales de los años 60 llevar adelante un proyecto inédito hasta ese momento en España: crear una bodega a partir de un viñedo propio. Las viñas estaban junto al lugar donde se elaboraba el vino. Eso es algo que se hacía en Francia, pero no en España.

Y no lo hicieron a partir de cualquier viñedo, sino en uno de los enclaves vinícolas más antiguos de La Rioja y en una finca que tenía ya su propia historia cuando la compraron. Querían hacer un vino que estuviese ligado a un terreno, que hablase del lugar, según la tradición más francesa.


Telmo Rodríguez introdujo la cata hablando de que si había una nueva zona de vinos por descubrir esa era ¡la Rioja!. Si, habéis leído bien. El éxito de la D.O., su enorme demanda, llevó a muchos productores a no cuidar su producto y dar por bueno todo, y Rioja dejó de ser una garantía de calidad. Así que lo que nos recomienda es re-descubrir la Rioja: descubrir los buenos vinos que se hacen en La Rioja.

Comenzamos probando el Blanco. Una apuesta personal de Telmo ahora que ha vuelto a la bodega de su padre. Un blanco que, como los vinos franceses, no quería que supiera a una variedad, y en el que se mezclan nueve variedades distintas de uva -ninguna es viura como nos precisó-. También ha querido marcar una nueva impronta en el etiquetado y ha cambiado el diseño haciéndolo más bordelés. Éramos unos privilegiados, las botellas todavía no tenían ¡ni la contraetiqueta!. Y desde luego a nosotros nos supo a un blanco diferente y especial. Eso sí, por su precio y cupos limitados, también serán especiales las ocasiones en que podamos tomarlo.


El siguiente vino fue el Lindes de Remelluri. Un vino nuevo, también apuesta de Telmo. Como él mismo lo definió, un homenaje a los viticultores de las fincas próximas a Remelluri, de los pueblos de Labastida y San Vicente. La uva de estas viñas sirvió para hacer el vino de Remelluri y ahora Telmo ha querido que estos viticultores hiciesen su propio vino con ellas y se sintiesen orgullosos de él. Este vino se vende a muy buen precio en la tienda TomeVinos, como el propio Telmo resaltó. Hay que añadir, algo molesto, ya que se declaró muy contrario en general a las políticas de precios agresivas.


También probamos el Remelluri Reserva del 2007. Asistentes a la cata preguntaron por la cosecha de ese año y Telmo comentó que podía definirse como "una cosecha clásica de la Rioja", por las condiciones climatológicas y el resultado. Mereció la valoración oficial de "Muy Buena" por parte del Consejo Regulador.

Por último disfrutamos del Granja Remelluri 2005, el Gran Reserva de la bodega y que lleva el nombre de la finca, La Granja Nuestra Señora de Remellluri.



Fue una tarde muy inspiradora en la que pudimos conocer a Telmo Rodríguez. Intuímos en él a un empresario honesto y generoso, que ahora ha vuelto a trabajar en Remelluri pero que, llegado el momento, emprendió su propia aventura vitivinícola y cuyos vinos queremos ir probando uno a uno así que ¡ya os iremos contando!.

 ¿Conocíais los vinos de Remelluri?
¿Habéis probado algún vino de la Compañía de vinos de Telmo Rodríguez?

miércoles, 6 de marzo de 2013

Salmón en papillote o de nuevo una receta baja en calorías

Hoy os contaremos una receta baja en calorías, a pesar de su protagonista: salmón en papillote ¡Cocina sana como anuncia nuestra presentación!

Lo fundamental de esta receta es saber que el salmón se hará al horno envuelto en papel de aluminio. Cocinar en papel de aluminio tiene algunos detractores así que si queréis podéis probar a envolver en una primera capa de papel de horno.

Pondremos todos los ingredientes en un lateral del trozo de alumino que hemos cortado.


Habitualmente preparamos el salmón en papillote poniendo primero una cama de hojas de espinacas crudas y encima tomate, zanahoria, puerro, pimiento verde y cebolla, cortado todo en juliana.

En casa no tenía todas esas verduras pero, animada por el espíritu del reportaje de Comando Actualidad del 13 de febrero Entre particulares (minuto 49) que vimos hacía unas semanas, en vez de ir a comprarlas, pensé en echar mano de las que tuviese y corriesen peligro de estropearse.

La verdad es que justo una receta de Karlos Arguiñano usaba prácticamente las mismas de las que disponía: calabacín y patatas cortadas en láminas finas, puerro picado en juliana y en vez de cebolleta yo usé cebolla. También tenía pimiento rojo y pensé que le daría ¡el toque de color!




Salar y regar con un chorrito de limón. Sobre ellas poner un lomo o rodaja de salmón que ya hemos salpimentado y empapado en vino blanco y también con un poco de zumo de limón. Encima ponemos una ramita de eneldo -fresco mejor-.

Cerramos el papel de aluminio hasta hacer un paquetito hermético. Y metemos al horno, a unos 180º, durante unos 30-40 mins. O hasta que los paquetitos se inflen.


Una vez pasado este tiempo podemos sacarlo del horno y ¡ya está listo para comer! El salmón puede estar cortado en filetes o en rodajas, pero nunca muy fino, porque sino se hará el pescado y la verdura estará cruda.


Teníamos salmón en casa porque aprovechamos para comprar casi dos kilos un día que estaba a 6€ en el supermercado comprando piezas enteras o medias piezas. ¡Así que en unas semanas os contaremos qué más recetas podéis hacer con salmón!

¿Os ha gustado esta forma de preparar salmón? 
¿Con qué verduras lo cocinarías vosotros?