Lo primero es preparar la salsa de chimichurry, que para quien no lo sepa, es un aderezo típico en Argentina y Uruguay. Generalmente es picante y se utiliza para acompañar carnes asadas, marinar pescados y aves, y también se usa como aliño de ensaladas. Esta salsa tiene la cualidad de realzar el sabor de la carne y se considera que ha contribuido a la fama internacional del asado argentino.
Para hacerla se pone en una sartén un chorro de aceite y añadimos una cucharadita de comino, dos cucharadas de orégano, una cucharadita de tomillo y una cucharada de guindilla cayena -mejor si la trituramos antes en un molinillo de café-. Dejamos que temple todo en la sartén para que se suelten los aromas, pero no hay que dejar que se caliente demasiado. Y en cuanto coja temperatura incorporamos una cucharada de perejil picado, otra de pimentón dulce, cuatro dientes de ajo picados y medio vaso de vinagre. Mezclamos bien y retiramos a un bol. Echamos casi medio vaso de aceite de oliva, sazonamos y a reservar.
Ahora prepararemos la carne. Cortamos las costillas por la mitad y las doramos con manteca o, en su defecto, con aceite de oliva, en una sartén. Una vez doradas las retiramos. Ahora mezclaremos unas dos terceras partes del chimichurry con un vaso de vino blanco y lo hervimos unos minutos hasta que reduzca. Entonces añadimos un litro de caldo de carne o, y si no tenemos, agua, y dejamos reducir. Ponemos en una bandeja de horno o de pyrex las costillas y regamos con la salsa que acabamos de hacer.
Nos falta preparar las setas. Las lavamos y extendemos en una bandeja de horno, salpimentamos y echamos un chorrito de vino blanco por encima. Precalentaremos el horno a 180º y cuando esté caliente metemos las dos bandejas, preferentemente las costillas en la parte superior. Necesitarán unos 45-60 minutos. A las costillas habrá que darles la vuelta al menos una vez para que se hagan bien por los dos lados.
Una vez estén en su punto las setas y las costillas, emplataremos, regando con una cucharadita de la salsa con que hemos cocinado las costillas y además llevaremos a la mesa el chimichurri que no hemos utilizado para cocinar la carne, para que la gente se pueda echar al gusto.
¿Habéis cocinado alguna vez costillas de ternera?
¿Os gusta el chimichurri?