La primera receta es un entrante o aperitivo para compartir: Provolone con berenjena y tomates secos.
Es muy fácil. Partimos la rodaja de queso provolone por la mitad en sentido transversal -vamos que siga conservando su forma redonda- de forma que tengamos dos lonchas. Después picamos una berenjena en cubitos pequeñitos, le echamos una piza de sal, y la rehogamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Cortamos nuestros tomates secos también en cubitos pequeñitos.
Y ahora que tenemos todo cocinado y cortado, elegimos un recipiente bastante profundo y tan ancho como el queso y colocamos una primera loncha. Colocamos encima la berenjena salteada y el tomate picado. Cubrimos todo con la otra capa de queso. Y terminamos nuevamente con berenjena y tomate. Lo calentamos en el microondas unos 3-4 minutos, hasta que el queso se funda, ¡y servimos al momento!
Se puede comer untando finas rebanadas de pan tostado o cogiendo la mezcla directamente con un panecillo de más consistencia.
La otra receta que os proponemos es una idea de canapé o tosta: Bacalao marinado con tomate seco. Es una combinación deliciosa. ¡Os gustará!
Termino recordándoos las posibilidades, para aderezar muchas de vuestras comidas, del aceite especiado que os quedará una vez consumáis los tomates.
¿Os han gustado estas dos ideas de receta?
¿Qué otros platos haríais vosotros con tomates secos?
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