El otro día tuve un momento de revival con mis compañeros de trabajo, nos acordamos de la cabecera del programa Con las manos en la masa, y recordamos esos bodegones entrañables, la canción de Sabina y a su presentadora, Elena Santonja.
Me quedé con la copla y con las ganas de ver un programa, así que más tarde me decanté por el programa en el que la invitada era Alaska. Tuve curiosidad por ver cómo se desenvolvía en la cocina. La receta elegida tenía que ver con sus orígenes cubanos: frijoles negros con arroz y plátanos fritos.
Me llamó la atención que entonces -en 1985- no encontraron plátanos macho que es el tipo de plátano, más grande y verde que el plátano normal, apropiado para este plato, y tuvieron que hacerlo con plátanos normales. ¡Ahora es tan fácil como acercarse a un Casa Elías!
Para pelar un plátano verde, es necesario cortar ambos extremos, y hacer varios cortes longitudinales en la piel del plátano.
Se corta el plátano en unos 10 trozos. Intentamos hacerlo con trozos más grandes pero luego no éramos capaces de manipularlos bien ¡y salían tostones dignos de Pinstruosity!
Hemos comido alguna vez tostones, así es como se llama a los trozos de plátano frito que también reciben el nombre de patacones, en restaurantes cubanos y gracias a este programa vimos que tienen truco: se fríen dos veces. Hay que freírlos una primera vez a fuego medio, apenas vuelta y vuelta, sino se quedan muy duros.
Aconsejan comerlos justo después de hacerlos, o sea, templaditos. Y se suelen servir como acompañamiento de carne y pescado
También podemos tomarlos fríos como aperitivo, si se cortan en rebanadas lo más finas posibles, y se fríen hasta que estén dorados (como si fuesen patatas) y salarlos a continuación.
¿Habíais visto alguna vez plátanos macho? ¿Sabíais que el plátano frito se hacía así?
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